Camino lentamente en el
desierto
buscando una luz,
llovizna de arena dorada
cubre mi cuerpo
y el sudor de mí
cara…petrificada
El sol quema mi piel,
hiere mis líneas sobre tus
líneas
de un pensamiento que
solloza
y gime al viento.
Desierto de tus manos
para tocar tu cuerpo,
tu silueta dibujada en
arenas
iluminada en el desierto
frío
por las estrellas.
Desierto de tu risa
que ensordece aún más el
alma,
deseando cantar como ave,
para llamarte.
Ven, ¡Tócame! ¡Siénteme!
Que tus besos
pinten acuarelas de
paisajes eróticos
en mi cuerpo.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
Derechos reservados
Del Poemario " Musas Prohibidas "
Veracruz, México
Veracruz, México
Sencillamente magistral
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