La musa me visitó
y le abrí las puertas para que entrase, qué importa si es un horario para
trasnochadores, quizá para el vulgo común el horario es inapropiado, para mí no
lo es. Le hice saber que es bienvenida, que me agrada tenerla cerca y lo
encantador que es dejarme llevar por el compás de su cadencioso vaivén. Hemos
bailado, cantado y escrito, eso y más provoca sentir esa efímera y bella
visita.
Al abrazarla
sentí su fragancia impregnando mis sentidos. Brindamos por todos esos
magníficos momentos que te me ha regalado, por los sentimientos expresados y la
palabra dicha tan grande como la dicha misma o tan fuerte como el dolor
sentido.
Gracias dama
elegante por tu mágica visita de madrugada. Gracias inspiración por estar aquí.
Isela Aparicio
Mascarada
Mascarada
No hay comentarios:
Publicar un comentario