Todo
ha quedado atrás
y
me doy cuenta
que
no existe en tí
la
dulzura de amar.
Líneas
del tiempo
en
cada paso borras,
para
hacerme temblar
en
la soledad que llora.
Anhelas
estar a obscuras
para
borrar siluetas,
que
danzaron en frenéticas fiestas
en
la marcha de las horas.
No
existe en tú corazón
un
pedazo de cielo,
arrojaste
al pozo de los deseos
sonrisas
y anhelos.
Todo
el dolor
se
tatúa en mi pecho
clavando
el pincel de tú desprecio.
No
hay sonrisas y palabras,
solo
un manantial de lágrimas
que
en tus manos impregnan mi aroma,
pretendes
ahogar en el eco del silencio,
mi
recuerdo.
Queda
una sola línea escrita,
pretendes
borrar tu juramento de eternidades,
y
en tus temblorosas manos
quedaran rosas que espinan,
quedaran rosas que espinan,
y Eros con sus fechas sangrantes
escribirá
la gloria de nuestra historia,
en
el firmamento.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
País: México
Derechos reservados 27 Febrero 2014
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