Transcurren
las horas
sin
sentido y sin fe,
maldigo
los segundos
que
no llegan,
horas
tristes, risas incomodas
¡calla!
guarda silencio
ahora
que llegas, hazme temblar.
Maldigo
al silencio
quietud
desgarradora,
a lo
lejos un lobo llora,
tus
manos que ágilmente
transforme
mi cuerpo
en
tu orquesta sinfónica
de
melodías cadenciosas
de
ritmos a destiempo.
Te
vas dejando abismos
y
secretos perdidos,
llora
el cielo y maldicen
en
el desierto… los escarabajos.
Maldigo
la ausencia de tus besos
de
tu aroma que se lleva el viento
¡oh!
Eros, lanza tus victoriosas flechas
sobre
Cronos,
para
que el amor, lo haga detener el tiempo
y
poder consumir mis sueños.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
País: México
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